viernes, 10 de septiembre de 2010

El odio se describe con frecuencia como lo contrario del amor o la amistad; otros, como Elie Wiesel, consideran al odio como lo opuesto al amor. El odio puede generar aversión, sentimientos de destrucción, destrucción del equilibrio armónico y ocasionalmente autodestrucción, aunque la mayoría de las personas puede odiar eventualmente a algo o alguien y no necesariamente experimentar estos efectos. El odio no es justificable desde el punto de vista racional porque atenta contra la posibilidad de diálogo y construcción común. Es posible que las personas sientan cierta aversión sobre otras personas u organizaciones que amenazan su existencia o estabilidad, incluso hacia ciertas corrientes ideológicas como el capitalismo, el socialismo
El odio no es justificable desde el punto de vista racional porque atenta contra la posibilidad de diálogo y construcción común. Es posible que las personas sientan cierta aversión sobre otras personas u organizaciones que amenazan su existencia o estabilidad, incluso ciertas tendencias ideológicas como el capitalismo, el socialismo, el nazismo, el comunismo, la guerra, la esclavitud, las religiones, el genocidio. Sin embargo]], siendo una pasión humana debe controlarse con base en el respeto y la tolerancia.
Si no superamos el nivel en donde nuestras pasiones (odio, rencores, miedos, preferencias, favoritismos) influyen en nuestras interacciones, y por ende en nuestra comunicación con los demás, difícilmente las prevenciones y desconfianzas permitirán un trabajo conjunto cohesivo (Coronado, 2004: 6)

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